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Las transformaciones ocurridas en el orden internacional (página 2)




Enviado por Carla Santaella



Partes: 1, 2

Para aquel entonces, el enemigo y la amenaza comunista
eran ampliamente conocidos y las respuestas podían
calcularse fácilmente. En la posguerra fría, se
hizo muy difícil determinar quién era el enemigo,
por lo tanto, se produjo una gran incertidumbre,
llegándose a hablar de una lucha frontal contra los grupos
que traficaban con sustancias estupefacientes y
psicotrópicas o los que cometían sus delitos
conexos u otros de carácter transnacional, aún
así, la incertidumbre siguió siendo la
norma.

Luego, surgió un gran enemigo común a
comienzos del siglo XXI: los grupos terroristas, quienes si bien
es cierto venían operando desde hacía muchos
años en diferentes países del mundo, el 11 de
septiembre del 2001 le demostraron a los Estados Unidos y al
mundo el gran poder destructivo que poseen los actores
internacionales no estatales que actúan como sorpresivos
agresores con los cuales es difícil negociar la paz (fue
imposible con los talibanes o la ETA, entre otros, y muy
intrincado con la guerrilla colombiana que comete actos
terroristas y a la vez se le vincula con los grupos de la
droga).

3. EL IMPACTO DE LA GUERRA FRÍA Y POSGUERRA
FRÍA EN EL SID

Según la OEA (1999), tras el desmoronamiento del
bloque comunista, el panorama cambio súbitamente y otras
amenazas surgieron en el escenario mundial. Durante los
años 40, cuando se estableció la mayor parte de la
arquitectura del SID, la cuestión de la defensa contra una
amenaza convencional proveniente del exterior era lo más
importante a juicio de los mandatarios y jefes de gobierno de los
Estados Americanos, por lo tanto, las dimensiones de seguridad de
la OEA, la JID, el TIAR y del Tratado de Tlatelolco reflejaron
las preocupaciones del momento.

Lo expresado en el párrafo anterior, puede
corroborarse al contrastar lo descrito en el Capítulo I de
este Trabajo frente a la relación de hechos y eventos
producidos durante la guerra fría. En ese proceso de
contrastación o comparación, puede observarse que
la política y las concepciones del SID estaban muy
alineadas con las amenazas a la seguridad que persistían
en esa época, no obstante, actualmente se pone de
manifiesto la existencia de discrepancias al analizar la realidad
de la posguerra fría y quizás la llegada de una
nueva etapa de tensión con el auge del
terrorismo.

Respecto a la última premisa emitida, Tibiletti
(1998), expone en el cuadro N° 1, el siguiente esquema
vinculado con la Seguridad Hemisférica:

CUADRO N° 1:

LAS TRANSFORMACIONES DEL ESQUEMA DE
SEGURIDAD HEMISFÉRICA Y SU INCIDENCIA EN EL
SID

En tiempo de guerra
fría

En tiempo de posguerra
fría

Sujetos:

Nivel mundial: mundo divido en dos bloques
(Estados Unidos y sus aliados frente a la URSS y los
países comunistas).

Nivel hemisférico: un continente colocado
junto a Estados Unidos en el bloque occidental.

Nivel estatal: Estados fuertes. Sujetos centrales:
las Fuerzas Armadas que a su vez controlaban a las
policías en regímenes autoritarios sin
democracia, salvo en contadas excepciones.

Sujetos:

Explosión de numerosos actores reclamando
mayor seguridad, principalmente ciudadanos de la vida
cotidiana. Son prioritarios como sujetos de la seguridad
hemisférica: la humanidad.

Se reconoce que las medidas de defensa militar no
resuelven todos los problemas. Surge incertidumbre sobre el
rol militar.

Objetos:

Estados Unidos y sus aliados buscaban proteger el
bloque occidental y a su vez, a cada uno de los Estados
dentro del continente.

Objetos:

Se busca la seguridad hemisférica a nivel
mundial, subregional y de grupos étnicos e
individuos a través de la defensa de los valores de
la democracia.

Amenazas:

El comunismo, la carrera armamentista y la
posibilidad de una guerra nuclear.

Amenazas:

El tráfico ilícito de sustancias
estupefacientes y psicotrópicas y sus delitos
conexos (por ejemplo: el lavado de dinero, el desvío
de precursores químicos, el financiamiento de los
grupos de la droga y otro tipo de actividades
ilícitas); el tráfico ilícito de
armas; la violación de los derechos humanos; la
degradación ambiental., la guerrilla, el terrorismo,
las migraciones no controladas.

Aquellos factores que pudiesen afectar la
consolidación o mantenimiento de la democracia (por
ejemplo: la ingobernabilidad, la pobreza, el crimen y la
violencia, la delincuencia organizada, la inflación,
la deuda externa, la corrupción, la inestabilidad
financiera, crisis socio-económica, entre
otras).

Cuadro N° 1 (CONT.)

Cuadro N° 1 (CONT.)

En tiempo de guerra
fría

En tiempo de posguerra
fría

Instrumentos:

La OEA, la JID, el Tratado de Tlatelolco. El TIAR
hasta la Guerra de Las Malvinas. La diplomacia militar
paralela de las Conferencias de los Ejércitos,
Fuerzas Aéreas, Armadas y de la Escuela de las
Américas. Acuerdos bilaterales de ayuda militar que
luego se extendieron a las actividades de acción
cívica. La intervención unilateral de los
Estados Unidos cuando creía que el riesgo lo
justificaba.

Instrumentos:

Básicamente diplomáticos. La OEA, la
JID, el Tratado de Tlatelolco y otros, aunque se piensa en
la necesidad de adecuarlos a la nueva realidad que plantea
la seguridad hemisférica. Gran actividad en la OEA
(se crea Comisión de Seguridad Hemisférica;
CSH), Grupo de Río y otros. Política de
desarme.

Doctrina subyacente:

Doctrina de Seguridad Nacional (DSN). Los
militares tuvieron que tomar la totalidad del poder
político para enfrentar globalmente la
amenaza.

Doctrina subyacente:

Aún sin desarrollar. OEA trabaja en nuevos
conceptos de seguridad.

Tensiones:

Estados autoritarios militares pretendían
mantener capacidad militar autónoma, incluyendo las
compras y sosteniendo las hipótesis de conflicto con
los vecinos en el marco de las visiones
geopolíticas.

Tensiones:

• Se intenta reordenar la seguridad, pero
aún no hay consenso al respecto.

Instituciones del SID no responden a la
realidad.

• Desconcierto de los militares del
Continente frente a la posibilidad de redefinir el rol de
las Fuerzas Armadas.

Fuente: Tibiletti (1998).

De acuerdo con lo expuesto en el cuadro N° 1, el
modelo de seguridad que prevaleció durante la guerra
fría fue vertical, militarizado y centrado en la defensa
del Continente y de los Estados de los bloques Este-Oeste, con
amenaza prioritaria político-ideológica donde se
adicionó una política de disuasión nuclear
que justificaba el empleo de un instrumento básicamente
militar y un sistema de defensa contra la agresión externa
(justificó la razón de ser del TIAR y de la
JID).

A diferencia del esquema anterior, en la posguerra
fría la doctrina de seguridad nacional pasó a ser
obsoleta, comenzó la incertidumbre respecto a la utilidad
del TIAR y de la JID, se crean vacíos en los conceptos de
seguridad mientras se habla de una multiplicación de
amenazas. No obstante esto último, los procesos de
negociación diplomática entre países se
intensificaron.

En forma contraria a lo que ocurrió en la guerra
fría, los escenarios previsibles incluyen un
enfrentamiento cada vez mayor entre sociedades civiles
demandantes y los Estados incapaces de cubrir las demandas
socio-económicas.

Igualmente, en la posguerra fría el tema de la
seguridad ha estado colocada a nivel del Continente. En
principio, se hizo énfasis en la amenaza del
tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y
psicotrópicas y sus delitos conexos como posible sustituta
de la amenaza comunista. Se habló de fijar una
posición más plural con relación a los temas
de seguridad y se discutió sobre la redefinición
del rol de las Fuerzas Armadas, en un momento en el cual la
seguridad dejó de ser un asunto meramente militar.
También la OEA incrementó en forma sustancial la
cooperación entre todas las áreas del gobierno a
nivel nacional, subregional y hemisférico para hacer
frente a la naturaleza de las nuevas amenazas. Las Fuerzas
Armadas continúan siendo actores en materia de seguridad,
pero "no los actores protagónicos" sino uno más de
cooperación para coadyuvar en la satisfacción de
las necesidades estatales.

Frente al grupo de amenazas que se habían
identificado en la posguerra fría, se hizo mucho
énfasis en la amenaza del tráfico ilícito de
sustancias estupefacientes y psicotrópicas y sus delitos
conexos, no existiendo el mismo equilibrio en las medidas tomadas
para enfrentar otras, como el terrorismo.

El terrorismo no es nuevo, debido a que no
apareció en la guerra fría ni en la posguerra
fría. Es una amenaza de alto contenido violento que se
dirige contra víctimas individuales o contra grupos mucho
más amplios y cuyo alcance trasciende con frecuencia los
límites nacionales. El término terrorismo implica
una acción llevada a cabo por grupos no gubernamentales o
por unidades secretas o irregulares, que operan fuera de los
parámetros habituales de las guerras y a veces tienen como
objetivo fomentar una revolución. El objetivo del
terrorismo es la propagación del pánico para
coaccionar; y cuando es extremo, podría causar la
desestabilización de un Estado o generar un gran
caos.

El terrorismo es una amenaza mundial que atenta contra
la seguridad de todos los países del mundo y se ha
manifestado a lo largo de la historia.

Al comenzar el siglo XXI, específicamente el 11
de septiembre del año 2001, Estados Unidos fue agredido
por el grupo terrorista Al Qaeda, liderado por Osama Bin Laden,
quien empleó la sorpresa táctica aérea para
ocasionar uno de los acontecimientos más dramáticos
de la historia y que sorprendió al mundo entero: luego de
secuestrar aviones civiles norteamericanos, fueron destruidas las
torres del World Trade Center en Nueva York y parte del
Pentágono en Washington D.C. A partir de esa fecha, la
amenaza del terrorismo ocupa un lugar privilegiado en las agendas
de seguridad, tal y como la ocupó durante la guerra
fría la amenaza comunista o durante varios años de
la posguerra fría, la amenaza de la droga. La
agresión terrorista sufrida por los Estados Unidos se
consideró como un acto contra la humanidad y se
diseminó el temor de que la paz mundial pudiera ser
seriamente comprometida.

Según Auel (2001), lo ocurrido el 11 de
septiembre del año 2001, dio apertura a una "nueva guerra
mundial" y al inicio de otra etapa de la posguerra fría,
en la que el terrorismo puede poner en peligro la supervivencia
de la humanidad si se incrementa su escalada bajo un ambiente
QBR/N (químico-biológico-radiológico o
nuclear) y, si bien es cierto la amenaza del terrorismo estaba
prevista en las agendas de seguridad y en la política de
defensa del hemisferio:

No se consideró la existencia de un actor no
estatal, "contra-cultura", sin códigos, que saliera de la
clandestinidad, de las sombras desde donde actúa desde
hace siglos, para desafiar en superficie a la humanidad
civilizada que vive en estados seculares, declarando una guerra
mundial sin antecedentes en la historia universal, buscando una
inalcanzable e imposible legitimidad en la religión, las
etnias, las ideologías o la historia. El terrorismo
representa, las fuerzas del crimen organizado, asociadas con los
odios fanáticos y con toda expresión de los
más oscuros crímenes y egoísmos humanos,
encubiertos por reivindicaciones justicieras (Auel, 2001, pp.
2-3).

Como se puede observar, en la posguerra fría
otras amenazas toman el papel protagónico de los
conflictos y, frente a este escenario, cabría preguntarse
¿Cuál es el rol que cumple el SID?
¿Qué ha hecho a favor de la paz y seguridad
hemisférica?

Con arreglo a lo explicado por Auel (2000), el SID se
encuentra desfasado de la realidad porque el TIAR demostró
su inoperatividad en la Guerra del Atlántico Sur (Guerra
de Las Malvinas) y responde a la lógica bipolar que fue
superada cuando culminó la guerra fría.

Durante la Reunión Especial sobre Conceptos de
Seguridad llevada a cabo en el seno de la Comisión de
Seguridad Hemisférica entre el 20 y 21 de abril de 1999,
Canadá, Jamaica, Estados Unidos, México y la
República Bolivariana de Venezuela expusieron los
siguientes puntos de vista con relación al SID:

CUADRO N° 2:

ACCIONES TOMADAS POR EL SID FRENTE A LAS
AMENAZAS DESPUÉS DE LA GUERRA FRÍA.

CANADA:

LOGROS

FACTORES
DESFAVORABLES

-Creación de la Comisión de
Seguridad Hemisférica (CSH) en la OEA con el fin de
establecer una atmósfera que conduzca a los procesos
de fomento de la confianza y la seguridad y a la
resolución de controversias por medios
diplomáticos.

-La OEA, y en particular su CSH, tienen la ventaja
de contar con una infraestructura fuerte y antecedentes
establecidos en materia de seguridad.

-La OEA incluye una participación casi
universal de actores y tiene a su disposición los
instrumentos para corregir y para darle seguimiento al
curso de acción sobre la implementación de
medidas de seguridad multilaterales.

-La Cumbre de las Américas tiene la ventaja
de proporcionar un impulso político importante a una
discusión fundamental de asuntos específicos
sobre seguridad hemisférica.

-La JID y el Colegio Interamericano de Defensa,
facilitan el establecimiento de redes, permitiendo que los
militares que enfrentan diferentes problemas de seguridad
intercambien experiencias y aprendan de los
demás.

-La infraestructura e ínter reuniones de la
Cumbre de las Américas no están bien
orientadas para mantener la atención sobre los temas
de seguridad y los jefes de estado y de gobierno no pueden
permitirse pasar demasiado tiempo en las reuniones cumbre
haciendo el análisis detallado de la variedad de
cuestiones de las que deben ocuparse.

-La JID no cuenta con un vínculo
político formal con los organismos civiles en una
época en la que las cuestiones de seguridad
trascienden la jurisdicción exclusiva de los
militares.

Cuadro N° 2 (CONT.)

Cuadro N° 2 (CONT).

JAMAICA:

LOGROS

FACTORES
DESFAVORABLES

-Las Reuniones Ministeriales de Defensa, ofrecen
una oportunidad indispensable para que las autoridades del
hemisferio se reúnan al más alto nivel e
intercambien puntos de vista sobre asuntos de
seguridad.

-En lo concerniente a la seguridad
hemisférica, la OEA ha realizado un trabajo pionero
en materia de medidas de fomento de la confianza y de la
seguridad y otras cuestiones relacionadas con la seguridad.
A través de Comisión de Seguridad
Hemisférica, la OEA debe ser el foro y punto focal
principal para la coordinación y discusiones sobre
cuestiones de seguridad hemisférica.

-Los mecanismos institucionales del SID
relacionados con la seguridad hemisférica, desde
hace mucho tiempo están pendientes de
revisión. Tanto el Pacto de Bogotá sobre la
Solución Pacífica de las Controversias como
el Pacto de Río de Janeiro han dejado de tener
relevancia y utilidad.

-Varios Estados Miembros, incluidos los miembros
de CARICOM no son signatarios del Tratado de Río
(TIAR) y solamente trece (13) Estados Miembros han
ratificado el Pacto de Bogotá. Es muy poco probable
que estos dos (2) instrumentos reciban nuevos
reconocimientos. Estos dos (2) instrumentos fueron
concebidos para un fin cuya relevancia es más
histórica que los temas prioritarios actuales del
Hemisferio. Por lo tanto, se debe preguntar si las
funciones de seguridad para cuya protección se
diseñaron esos pilares hace más de cincuenta
(50) años pueden satisfacer las necesidades actuales
de los miembros del SID.

-El propósito original de la JID ha
desaparecido hace mucho tiempo. La participación en
la Junta no es universal, puesto que la mayoría de
los Estados Miembros de CARICOM no son Miembros de la JID.
Esto plantea la cuestión de lo que es supuestamente
una institución de seguridad en relación con
la OEA cuando casi un tercio de los miembros de la
Organización no tienen participación activa
en la JID. -Debido a que la JID depende de las
contribuciones del presupuesto de la OEA, no tiene una
función de comunicación de
políticas.

ESTADOS UNIDOS:

LOGROS

FACTORES
DESFAVORABLES

-El proceso de la Cumbre de las Américas se
afianza en la determinación de los líderes a
"consolidar y fomentar vínculos más estrechos
de cooperación".

-La OEA facilita la cooperación
política, social y económica e intercambios a
lo largo de una amplia y extensa gama de
actividades.

-El SID requiere revitalizar sus mecanismos de
seguridad colectiva e instrumentos de prevención de
controversias. Estos mecanismos deberán fortalecer
los compromisos que ya existen en materia de seguridad
colectiva y facilitar respuestas multilaterales a
cuestiones de seguridad común.

Cuadro N° 2 (CONT.)

Cuadro N° 2 (CONT).

MÉXICO:

LOGROS

FACTORES
DESFAVORABLES

-Creación y consolidación de la
primera zona libre de armas nucleares, consagrada en el
Tratado de Tlatelolco.

-Su papel en la solución negociada de
conflictos armados en diversos países y la
concertación de esquemas de cooperación para
enfrentar fenómenos de dimensión
transnacional que, en determinadas circunstancias puede
vulnerar la seguridad regional, como el tráfico
ilícito de armas de fuego con la Convención
impulsada por México, la negociación del
Mecanismo de Evaluación Multilateral en el marco de
la CICAD para lograr la plena aplicación de la
Estrategia Antidrogas en el Hemisferio, y la
creación de una instancia adecuada en el
ámbito del Consejo Permanente de la
Organización para el intercambio de experiencias
sobre los esfuerzos nacionales para reprimir los actos
terroristas.

-Inexistencia de un concepto de seguridad
común en el SID, no tanto por la inadecuada y
anacrónica definición del TIAR, como por las
distintas percepciones, en ocasiones contrapuestas, de las
preocupaciones de seguridad de cada Estado. Sólo se
tienen múltiples percepciones sobre las
preocupaciones individuales de cada Estado como resultado
de su entorno y de su grado de desarrollo. Es
difícil establecer jerarquía alguna, pues
todas estas preocupaciones son legítimas (desde las
más tradicionales hasta las que incorporan las
nuevas amenazas, pasando por las que resultan de
fenómenos climáticos y de desastres
naturales). Existe el riesgo de alcanzar un concepto
totalizador que no satisfaga los requisitos de todos los
Estados Miembros.

-Las relaciones interamericanas se han
caracterizado por un profundo grado de asimetría
para el fomento de la confianza. Después de la
guerra fría, se conservan todavía resabios de
la confrontación ideológica de esa
época mientras no se alcance la plena
coordinación de relaciones entre todos los Estados
de la región.

-Instituciones del SID no tienen facultades
residuales, ni pueden ejercer más atribuciones que
las establecidas en sus instrumentos
constitutivos.

– El TIAR y la JID no responden a criterios de
representatividad y legitimidad de la comunidad
hemisférica.

VENEZUELA:

LOGROS

FACTORES
DESFAVORABLES

-Suscripción en el marco de la OEA de
acuerdos como la Convención Interamericana contra el
Tráfico Ilícito de Armas, Municiones,
Explosivos y Otros Materiales Relacionados y la
Convención lnteramericana sobre la Transparencia en
las Adquisiciones de Armas Convencionales.

-Desarrollo de un proceso de identificación
y aplicación de medidas de fomento de la confianza
mutua (Ej. Conferencias Regionales de Santiago y San
Salvador sobre Medidas de Fomento de la Confianza y de la
Seguridad).

-Impulso a programas humanitarios.

-Incorporación al proceso
hemisférico de reflexión sobre los temas de
seguridad a los Estados del Caribe.

-Es necesario revitalizar y el fortalecer a las
instituciones del SID, tomando en cuenta los nuevos
factores políticos, económicos, sociales y
estratégico-militares en el Hemisferio y en sus
subregiones.

Fuente: Organización de los Estados Americanos
(OEA, 1999).

En correspondencia con lo expuesto en el cuadro N°
2, el SID ha tenido una participación activa a
través del debate, el diálogo, la
negociación, la cooperación y la acción en
materia de seguridad hemisférica, que no sólo se
manifestó durante la guerra fría, sino que en la
posguerra fría se ha intensificado. Igualmente, el SID ha
impulsado la creación de mecanismos multilaterales para
que los países del hemisferio alcancen en forma unida la
seguridad deseada. Sin embargo, estos esfuerzos no han tenido el
éxito esperado, debido a la dinámica propia de los
asuntos de seguridad, la falta de voluntad política
decidida de sus miembros y de adecuación de sus
dispositivos (instituciones como el TIAR y la JID, y sus
mecanismos).

Frente a desacoplamiento leve, en el caso de la OEA;
medio, al nivel de la JID y más trascendente, en el caso
del TIAR, que pueden hacer obsoleto al SID, se han tomado medidas
para corregir la situación. En ese sentido, durante la
Segunda Cumbre de las Américas, realizada en Santiago de
Chile en 1998, se acordó revitalizar y fortalecer al SID.
Con ese fin, la OEA, a través de la CSH, está
efectuando: (a) el seguimiento y profundización de los
temas relativos a las medidas de fomento de la confianza y la
seguridad; (b) el análisis del significado, alcance y
proyección de los conceptos de seguridad internacional en
el hemisferio, para de esta forma desarrollar enfoques más
apropiados; (c) la identificación de las formas de
revitalizar y fortalecer a las instituciones del SID. Estas
acciones fueron reiteradas en la Tercera Cumbre de las
Américas llevada a cabo en Québec, Canadá,
en el año 2001.

Ha existido un acuerdo dentro del SID, en cuanto a la
necesidad de:

  • 1. Modernizar racionalmente los sistemas de
    defensa interamericano.

  • 2. Generar una mayor interoperatividad entre
    las fuerzas de seguridad para facilitar las operaciones
    multilaterales.

  • 3. Mejorar los sistemas de
    coordinación.

  • 4. Mejorar los sistemas de apoyo para enfrentar
    las amenazas a la seguridad y fortalecer la capacidad de
    respuesta a dichas amenazas.

  • 5. Mejorar los mecanismos de alerta avanzada y
    de prevención y resolución de conflictos al
    nivel de los Estados hemisféricos.

Para el año 2004, se prevé la
realización de una Conferencia Especial sobre Seguridad,
para ese momento, la CSH de la OEA, deberá haber concluido
la revisión de todos los temas que se refieren a los
enfoques de seguridad en el hemisferio, tal y como fue
establecido en la Cumbre de Santiago.

CAPÍTULO III:

Incidencias de
las transformaciones ocurridas sobre las Fuerzas Armadas de los
Estados americanos

1. LAS FUERZAS ARMADAS DESPUÉS DE LA GUERRA
FRÍA

Según Rosenau (1997), después de la guerra
fría se comenzó a hablar de una redefinición
del rol de las Fuerzas Armadas. Algunas de las interrogantes
más comunes que se originaron, fueron las siguientes:
¿Cuál es el rol de los militares para superar la
pobreza, el crimen, la violencia y la degradación
ambiental? ¿Cuál es su rol en materia de control
del tráfico de sustancias estupefacientes y
psicotrópicas?¿Cómo evaluar a un estamento
militar inmerso en un mundo ambiguo? ¿Cómo comenzar
a comprender su espacio, el cual está continuamente
cambiando, estrechándose y ampliándose,
desgastándose y fortaleciéndose con respecto a
otros?

Expone el citado autor, que la validez de las
interrogantes anteriores, así como la incertidumbre que
generan, refuerza la convicción de que el tiempo de
postguerra fría ha significado en materia de seguridad y
defensa una transformación trascendental, alimentada por
una nueva visión de la naturaleza de los militares en los
asuntos humanos.

Desde que culminara la guerra fría, las Fuerzas
Armadas han estado atentas a su rol y a lo que pueda pasar,
más aun teniendo en cuenta lo explicado por Auel (2000),
quien expone que las amenazas en la postguerra fría se
agrupan en dos (2) conjuntos:

  • 1. Las "amenazas estratégicas con
    dimensión militar" que se derivan de: (a) problemas
    geopolíticos tradicionales; (b) problemas emergentes
    de seguridad estratégica; (c) amenazas al Estado
    Nación o a la sociedad en su conjunto y (d) del
    conflicto interno directo o la internacionalización de
    conflictos de terceros países.

  • 2. Las "amenazas estratégicas no
    militares" que se relacionan con: (a) la incertidumbre frente
    a las opciones de futuro de la democracia; (b) los problemas
    derivados de los cambios económicos estructurales y
    (c) el aislamiento, en un mundo en continuo realineamiento
    geopolítico y de conformación de bloques
    económicos.

Dada la complejidad de las amenazas, aquellas de
carácter no militar pueden tener componentes militares y
viceversa; pero en todo caso, pertenecen al área de la
defensa nacional del cual forman parte en forma directa o
indirecta las Fuerzas Armadas. Dentro de toda esa complejidad,
actúan las Fuerzas Armadas de los Estados Americanos,
promoviéndose a través de la JID: la
comunicación y la comprensión para evitar
incidentes fronterizos, intercambio periódico de
información, establecimiento de cartillas de seguridad,
separación de fuerzas, cooperación con la
misión de observadores militares, adopción de
mecanismos bilaterales de fomento de la confianza en el campo
militar para fortalecer el clima de seguridad y estabilidad entre
países, entre otros aspectos.

  • 2. EL SID Y LAS FUERZAS
    ARMADAS

En la Segunda Cumbre de las Américas celebrada en
Santiago de Chile, en abril de 1998, se desarrolló un Plan
de Acción suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno,
donde se recomendó estimular el diálogo regional
con miras a revitalizar y fortalecer las instituciones e
instrumentos del SID, e igualmente, a promover la transparencia
en materia de políticas de defensa y a modernizar a las
Fuerzas Armadas.

En el Punto 4 del mencionado Plan de Acción, se
reconoció que el régimen político
democrático es esencial para la paz, el desarrollo y la
seguridad en el Hemisferio; y en ese contexto, las Fuerzas
Armadas deben mantener la subordinación constitucional y
de seguridad a las autoridades legalmente constituidas. Del mismo
modo se recomendó, el mejoramiento de la transparencia y
la responsabilidad de las instituciones de defensa y de
seguridad, un mayor intercambio de documentos de política
y doctrina de defensa, de personal e información,
incluyendo, cuando sea posible, cooperación y
capacitación para la participación en actividades
de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y para
responder mejor a las necesidades legítimas de seguridad y
defensa.

De acuerdo con el Delegado de Canadá (OEA, 1999),
el SID ha participado en el accionar de las Fuerzas Armadas del
Hemisferio mediante distintos mecanismos, siendo uno de ellos, el
"Tratado de Seguridad Democrática de América
Central". Dicho Tratado requiere la reunión
periódica de Ministros de Defensa, Jefes de Estado Mayor
de Defensa y de las agencias de inteligencia militar, así
como el establecimiento de mecanismos de cooperación para
el control fronterizo y de esfuerzos de cooperación
destinados a combatir el tráfico de sustancias
estupefacientes y psicotrópicas, las amenazas
ecológicas, los desastres naturales y el crimen
internacional.

En la Reunión Ministerial de Defensa de las
Américas, realizada en Colombia en 1998, las discusiones
incluyeron cuestiones de seguridad "severas" que involucraban las
medidas de fomento de la confianza y de la seguridad, la lucha
antiterrorista y contra el comercio de la droga, pero
también, otros asuntos "menos severos", como el papel de
los militares en la sociedad civil, las relaciones
vico-militares y otros temas relacionados. Se
determinó en esa ocasión, que la aparición
de nuevas amenazas civiles no implicaba una declinación de
la importancia de las Fuerzas Armadas de la región en el
seno de sus sociedades civiles, sino que por el contrario,
éstas debían jugar un papel importante y
constructivo en la concepción, la evolución y la
aplicación de la política de seguridad nacional y
hemisférica.

En la mencionada Reunión Ministerial de Defensa
de las Américas, se abordaron numerosos puntos, destacando
el rol de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el
tráfico de sustancias estupefacientes y
psicotrópicas, así como en actividades
antiterroristas. El problema, es que no todas las Fuerzas Armadas
de la región pueden asumir un papel dirigente en estos
asuntos y hay países en los que se les asigna un papel de
apoyo para los cuerpos policiales. En virtud de ello, el Sistema
de Seguridad del Hemisferio no es uniforme.

Otro problema que detectó el Delegado de
Canadá (OEA, 1999) en materia militar, es que la OEA no
tiene un vínculo político formal que incluya a las
autoridades de defensa de la región, por lo tanto, el
nivel de intercambio de información entre la OEA y los
militares del hemisferio puede describirse como
desigual.

El tercer problema que manifestó el mencionado
Delegado, fue el hecho de que la Reunión Ministerial de
Defensa de las Américas es un proceso que reúne a
los Ministros de Defensa de la región y a sus responsables
políticos civiles, lo cual considera una
limitación, porque al incluir sólo a los Ministros
de Defensa, el nivel de participación en las discusiones
sobre cuestiones específicas es a veces irregular, debido
a que las Constituciones de los países de la región
asignan a sus militares mandatos que varían ampliamente.
Muchos de los temas importantes que se tratan en la Conferencia
son de considerable interés, pero no todos los Ministros
reunidos tienen la autoridad para adoptar decisiones sobre
ellos.

Por su parte, el Delegado de Venezuela (OEA, 1999),
expresó que el SID ha tenido cierta influencia en la
estructura funcional de las Fuerzas Armadas de los Estados
Americanos a través de la creación o el
fortalecimiento de instituciones o mecanismos regionales de
diálogo, concertación y cooperación de alto
nivel militar, como las Conferencias de Ministros de Defensa de
las Américas y las reuniones regionales anuales de
Comandantes de Ejércitos, de Armadas y de Fuerzas
Aéreas. En materia funcional, el SID ha influido en el
impulso de programas humanitarios que, como uno de sus positivos
efectos, fomentan la cooperación entre las Fuerzas Armadas
de varios países, tales como: los de prevención y
asistencia en casos de desastres naturales y como el Programa de
Asistencia al Desminado en América Central que congrega
oficiales militares de Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador,
Estados Unidos, Guatemala, Honduras y Venezuela.

No obstante lo anterior, añade el nombrado
Delegado, que en el caso de la República Bolivariana de
Venezuela, las Fuerzas Armadas se encuentran presentes en su
Constitución misma y son parte fundamental de su historia
y de su ser nacional, pero ello no significa que se crea que en
el campo de la seguridad hemisférica, los asuntos de
seguridad se restrinjan a la seguridad militar.

A pesar de las diferencias que puedan existir entre los
países Americanos respecto al rol que deben cumplir sus
respectivas Fuerzas Armadas en general, el SID ha ayudado de
alguna forma a hacer entender que el sector militar no puede ser
un instrumento de poder que trabaje en solitario, pues un
sólo actor no puede construir la paz y garantizar la
seguridad hemisférica sin la cooperación de muchos
actores. Ciertamente, a la JID hay que revitalizarla y adecuarla
a las nuevas realidades, pero es innegable que ha favorecido a
través de las reuniones ministeriales, el intercambio de
experiencias para que los militares aprendan los unos de los
otros, tanto de los errores que han cometido en el pasado como de
los logros a los cuales han llegado a favor de la paz, la
seguridad y el bien común; eso, a la larga y cuando se
llegue a un consenso sobre la definición de la seguridad
hemisférica, quizás permita crear una sola doctrina
militar para América toda, como una vez lo idealizó
Simón Bolívar, y si no se llega a concretar la
mencionada doctrina, por lo menos se habrá alcanzado el
objetivo de que los militares del continente americano trabajen
unidos en pro de la democracia, la prevención de
conflictos, la integración de medidas de defensa, la
negociación y la cooperación.

Conclusiones

Según se interpreta de lo planteado en el
desarrollo temático, se puede concluir lo
siguiente:

De las características del SID al nivel de
antecedentes, política y concepciones de seguridad
continental

  • El SID nace del ideal bolivariano vinculado con la
    creación de un Ejército Interamericano para la
    defensa común del hemisferio, con el fin de promover
    los objetivos comunes de los Estados Americanos y el
    cumplimiento de los principios acordados internacionalmente
    por ellos en consenso.

  • El SID creó los órganos y las
    dependencias necesarias para hacer posible la unión de
    los Estados Americanos, en procura de que estos pudiesen
    promover los objetivos comunes de los Países Miembros
    acordados en consenso en forma multilateral y no
    unilateral.

  • Los cuatro documentos fundamentales del SID, son: la
    Carta de la OEA, el TIAR, la JID y el Tratado de
    Tlatelolco.

  • La política de la OEA se concentra en valores
    de paz, seguridad, cooperación, justicia y
    diálogo. La política de la JID es de corte
    militar, basada en la cooperación e intercambio de
    puntos de vista respecto a la defensa militar del hemisferio,
    fundamentada en el fomento de una estrecha relación
    entre las Fuerzas Militares de los Estados Americanos. La
    política del TIAR se rige por el fortalecimiento de
    relaciones de amistad entre los Estados Americanos para
    garantizar la paz, la soberanía y la integridad
    territorial y tomar acciones frente a las agresiones que
    pueda sufrir cualquier Estado Americano (política de
    enfrentamiento conjunto de las amenazas de agresión
    entre Estados, sin contemplar las agresiones de actores no
    estatales). La política del Tratado de Tlatelolco se
    orienta en forma específica al desarme, especialmente
    de las armas nucleares.

  • Las concepciones de seguridad de la OEA son
    más amplias que las del TIAR, la JID y el Tratado de
    Tlatelolco. Para la OEA, la seguridad hemisférica
    tiene un carácter integral, que comprende amenazas que
    se derivan más allá del ámbito militar;
    a pesar de lo anterior, presentó un vacío en
    materia militar que quiso cubrirse con la JID. La JID, tiene
    una visión restringida de la seguridad, pues se aboca
    al manejo de temas meramente militares, donde el poder
    militar cooperativo de los Estados Americanos ocupa un lugar
    preponderante y la agresión es la causa por la cual
    actúa en legítima defensa. El TIAR, concibe la
    seguridad en torno a medidas de prevención y
    represión de las amenazas y actos de agresión
    que surjan contra cualquiera de los Países de
    América, pero dentro de esas agresiones no está
    contemplada la vivida por los Estados Unidos el 11 de
    septiembre del año 2001. El Tratado de Tlatelolco,
    idea la seguridad hemisférica sólo en el marco
    de una política de desarme, que significó en su
    momento la búsqueda de un equilibrio
    estratégico ante la amenaza de una guerra
    nuclear.

  • De las transformaciones ocurridas en el orden
    internacional en tiempos de guerra fría y posguerra
    fría y su impacto en el SID

  • El SID se adapta a las necesidades de defensa
    hemisférica que prevaleció en la guerra
    fría, porque su estructura se estableció en
    mayor parte durante esa etapa, cuando el instrumento de poder
    más significativo era el militar.

  • El impacto de la posguerra fría en el SID, se
    debió a lo siguiente: la doctrina de seguridad
    nacional prevaleciente en la guerra fría pasó a
    ser obsoleta, se crean vacíos en los conceptos de
    seguridad hemisférica, se multiplican las amenazas con
    componentes civiles, los escenarios de seguridad dejaron de
    ser previsibles, al principio se hizo énfasis en la
    amenaza del tráfico ilícito de sustancias
    estupefacientes y psicotrópicas y sus delitos conexos
    como posible sustituta de la amenaza comunista, se
    discutió sobre la redefinición del rol de las
    Fuerzas Armadas, el terrorismo mostró su gran poder
    después del 11 de septiembre del año 2001
    cuando fueron destruidas las torres del World Trade Center en
    Nueva York y parte del Pentágono en Washington D.C. A
    partir de esa fecha, la amenaza del terrorismo ocupa un lugar
    privilegiado en las agendas de seguridad.

  • Se debe considerar que la seguridad no solamente
    esta relacionada con aspectos de carácter militar,
    sino también con problemas que encuentran sus causas
    en la inestabilidad existente en diversos campos, tales como:
    económicos, sociales y políticos.

  • Las nuevas amenazas que se ciernen ahora sobre la
    región (la corrupción, la deuda externa, la
    pobreza crítica y otras) tienen características
    tan sui generis en cada país que requieren de
    tratamiento igualmente específicos, pero en un
    ambiente de amplia cooperación por parte de todos los
    campos del poder nacional e Interestatal.

  • Frente a los nuevos escenarios, es necesario
    revitalizar al SID, convirtiéndose esto en la
    prioridad del siglo XXI para generar una mayor capacidad de
    respuesta.

  • De las incidencias de las transformaciones ocurridas
    sobre la estructura funcional de las Fuerzas Armadas de los
    Estados Americanos.

  • En la posguerra fría se comenzó a
    hablar sobre la necesidad de redefinir el rol de las Fuerzas
    Armadas.

  • Los países de los Estados Americanos
    actúan funcionalmente de acuerdo con sus propias
    Constituciones y leyes, lo cual ha limitado el esfuerzo
    realizado por el SID.

  • A pesar de lo anterior, la JID ha influido en
    materia militar en lo siguiente: promoción de la
    comunicación y la comprensión entre las Fuerzas
    Armadas para evitar incidentes fronterizos, intercambio de
    información, establecimiento de medidas de seguridad y
    cooperación en la adopción de mecanismos
    bilaterales de fomento de la confianza mutua en el campo
    militar, impulso de programas humanitarios y
    participación conjunta en casos de desastres
    naturales, entre los aspectos más
    resaltantes.

  • Con la visión panorámica descrita
    queda al SID y por ende a la JID, tareas de gran alcance. En
    primer lugar, buscar el mejoramiento de los procedimientos de
    cooperación, intercambio y apoyo mutuo, que faciliten
    la prevención y lucha contra las nuevas amenazas;
    acrecentar la solidaridad y concurso institucional frente a
    tales peligros, conforme con las medidas que cada Estado
    considere de manera soberana y las disposiciones de mutuo
    acuerdo; investigar y analizar los factores perturbadores
    comunes como el terrorismo, el narcotráfico,
    así como también: la corrupción y la
    pobreza critica, entre otras, para estructurar planes que
    respondan a las necesidades de seguridad y defensa colectiva
    legitima.

Con tales propósitos, los Estados Americanos
deben acrecentar su voluntad política con el fin de
reestructurar el sistema, si ello es necesario para dinamizarlo,
con la conciencia de que la seguridad continental no es problema
exclusivo de los militares, sino un fin de cada Estado en
particular y de la comunidad internacional en general, cuya
consecución demanda medidas de defensa efectivas que
limiten, impidan o disuadan a quienes pretendan alterar la
vocación de unidad americana y las buenas relaciones entre
sus Estados.

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AUTORIZACIÓN

Autorizo al Colegio Interamericano de
Defensa la publicación de este trabajo como
artículo de Lectura Seleccionada o en la revista del
Colegio, con la condición de que se incluyan en dicha
publicación, la totalidad de notas bibliográficas
consideradas en el trabajo de
investigación.

____________________________

Cnel.(AV)Antonio José
Núñez Nieves

Fecha: Mayo del 2002

NOTA
ACLARATORIA

Las opiniones emitidas en el presente
trabajo son de la exclusiva responsabilidad del autor y no
representan la posición del CID.

Trabajo de Investigación presentado
al Colegio Interamericano de Defensa como requisito para la
obtención del Diploma aprobatorio del Curso Superior de
Defensa Continental.

 

 

Autor:

Coronel (Av) Antonio José
Núñez Nieves

COLEGIO INTERAMERICANO DE
DEFENSA

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS

CURSO XLI

Monografias.com

VENEZUELA

FORT LESLEY J. McNAIR ( WASHINGTON,
DC.

MAYO DEL 2002

Enviado por:

Carla Santaella

 

Partes: 1, 2
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